Mucho se está hablando acerca de la profecía maya del fin del mundo. Sin embargo, no recuerdo en la historia de los mayas nada acerca de las profecías del fin del mundo. Lo que sé con exactitud, es que se termina su cuenta larga. Eso es todo. Se terminó la era del quinto sol y comienza la era del sexto.
Sin embargo, de acuerdo a la tradición, pues sí es necesario hacer al menos un sacrificio humano, para satisfacer a los dioses su deseo de sangre.
Como ya no están permitidos los sacrificios humanos, los mayas (y los mexicanos modernos), mejor lo celebran con una gran fiesta que seguramente atraerá mucho el turismo en la Riviera Maya, así como en las pirámides.
A continuación, les mostraré algunos posibles escenarios (reales), para el fin del mundo.
Una guerra nuclear
En los inicios de la era atómica, las primeras bombas eran consideradas como "bombas sucias", porque, realmente son muy ineficientes, y no explota algo del material radiactivo. Sin embargo, como basta solamente un poco de materia para que se fusione o se fisione en una reacción atómica, no es necesario que todo el material radioactivo se consuma, basta con que se consuma un poquito para causar un gran daño.
La investigación atómica moderna ha producido "bombas limpias", es decir, bombas con cerca del 100% de eficiencia. Incluso, ya se inventó la bomba de hidrógeno, que resulta mucho más eficiente y destructiva que las bombas de uranio, y que no emiten radiaciones pero su poder destructivo es mucho mayor porque se asemeja a las explosiones que ocurran en el sol. Por eso es que no se han cambiado las centrales nucleares de fusión a centrales de fisión, es decir, centrales nucleares de hidrógeno, porque no existe un material sobre la tierra que resista la generación de calor que produce la fisión atómica.
Ahora imagínate los países que poseen tecnología nuclear, como Corea del Norte, Irán, Rusia o incluso Estados Unidos se enfrentaran en una guerra nuclear, ya no con bombas de plutonio, que se usaron durante la Segunda Guerra Mundial, sino bombas de hidrógeno. Acabaría literalmente, no solamente con la vida en la tierra, sino con el planeta tierra completamente.
Es un escenario bastante macabro, pero posible.
El choque de un gran asteroide contra la tierra.
No es una posibilidad muy alejada de la realidad que un gran asteroide pueda impactar la tierra. Ya ocurrió en el pasado, cuando un gran asteroide o cometa cayó en lo que actualmente en la península de Yucatán y acabó con la era de los dinosaurios.
Antes de que chocara dicho asteroide, la vida la tierra era enorme y más diversas de lo que es ahora. Existían dinosaurios del tamaño de un edificio de varios pisos, incluso se han registrado fósiles de escorpiones del tamaño de una persona. Esto era, porque anteriormente, en la tierra había mucho más oxígeno de lo que hay ahora. Este exceso de oxígeno, aunado a un clima caluroso y excesivamente tropical, propició que las plantas, que son la base de toda la cadena alimenticia, produjeran una mayor cantidad de proteínas, y dichas proteínas, hicieron crecer y prosperar a animales gigantescos, muy parecidos a los reptiles de ahora.
Los reptiles, como los dinosaurios de aquella época, quizá eran de sangre fría. Por eso llegaban a soportar las elevadas temperaturas que existían en aquel entonces.
Con la caída del asteroide, se generó una gran nube de polvo que seguramente cubrió al planeta entero. Como consecuencia de esto, las plantas, recibían menos energía solar, y empezaron a morir; y al ser la base de la cadena alimenticia, dejaron morir también a grandes herbívoros y animales carnívoros.
Quizá la explosión también generó algunos incendios o reacciones químicas que produjeron que se redujera el oxígeno de la atmósfera, y aumentará la cantidad de dióxido de carbono. Esto aceleró la muerte de los grandes dinosaurios, y sólo sobrevivieron los pequeños reptiles, y los mamíferos, como roedores primitivos, que eran de sangre caliente y por eso soportaron las bajas temperaturas cuando el polvo cubrió el cielo e impidió que penetrara la luz solar.
Un escenario así se planteó muchas veces en la actualidad. Y es que, en el cinturón de asteroides, de vez en cuando, un asteroide de grandes proporciones sale de su órbita y se dirige hacia el sol. En su trayecto, puede impactar a los planetas. En la década los noventas, un gran asteroide, casi del tamaño de la luna, chocó contra Júpiter, produciendo un remolino gigantesco que todavía se puede ver. Si hubiera caído en la tierra, hubiera acabado con la vida.
Lo malo es que no se puede predecir con exactitud cuándo chocara el próximo gran asteroide sobre la tierra. Se cree, que una gran explosión, ocurrida en Siberia, se debió a la explosión de un gran asteroide, a principios del siglo pasado. Y de eso, nadie se enteró, hasta mucho tiempo después.
Por eso, cuando nos demos cuenta, de que llegue un gran asteroide a impactar la tierra, lo sabremos cuando ya sea demasiado tarde. Es casi imposible detenerlo, así es que se acabaría, no con el planeta quizá, sino con la vida tal como la conocemos, y muy probablemente, terminaría con la raza humana, como lo hiciera hace muchos años un asteroide con los dinosaurios.
El cambio climático.
Una muerte lenta y dolorosa para la vida en la tierra sería una consecuencia de los desórdenes climáticos.
En el siglo pasado, durante los inicios de la revolución industrial, se generaron grandes cantidades de dióxido de carbono, clorofluorocarbonos, monóxido de carbono, gases de plomo y mercurio.
Los clorofluorocarbonos, por ejemplo, que se usan en refrigeración casera e industrial, reaccionan con la capa de ozono que nos protegen de los rayos ultravioletas, y rayos cósmicos del espacio exterior. La destruyen, y literalmente hacen agujeros en ella.
En los ochentas, se detectó un gran agujero en la capa de ozono del polo sur, provocando el ingreso de peligrosos rayos ultravioletas que prácticamente derritieron grandes casquetes polares, aumentando el nivel de los mares. Esto de seguro, cambió drásticamente el patrón de temperaturas de los mares. Como es en los mares donde se generan los huracanes, tifones y otros fenómenos meteorológicos, ahora las tormentas son más poderosas que en los tiempos de Cristóbal Colón.
Incluso se han generado tormentas en lugares tradicionalmente fríos donde nunca se habían registrado antes, como en el este de Estados Unidos. Sandy, la súper tormenta llamada "Frankstorm", es un caso extraordinario que azotó a una zona en pleno invierno que tradicionalmente no sufre de tormentas "tropicales".
Todos hemos contaminado el aire, el agua y el suelo con la basura que generamos y tiramos, con el uso del automóvil, y la energía que consumimos.
Aunque no parezca afectarte en este momento, te afectará en el futuro si no se toman medidas urgentes. Por ejemplo, en la actualidad, el precio de los alimentos ha crecido porque es más difícil y caro cultivarlos. De seguir esta tendencia, el hombre extinguirá a numerosas especies animales y vegetales, y en el final de sus días, lo más probable es que la humanidad muera de hambre, al acabar con los recursos disponibles.
La muerte del sol
Si no ocurre todo lo anterior, este escenario tiene la posibilidad de ocurrir al 100%.
El sol, es una estrella de mediana edad. Todavía le queda por consumir cerca de la mitad de su combustible que tenía al momento de nacer.
Cuando empiece a terminar su combustible, una gran nube de gases se expandirá y cubrirá los planetas cercanos, como son, Mercurio, Venus y la tierra.
Con toda seguridad, antes de que el sol expulse su gas, el calor de la llamaradas solares evaporará literalmente en la atmósfera y los mares. Quizá también derrita a todos los seres vivos que queden sobre la faz de la tierra.
Después de expulsar esa cantidad enorme de gas, el sol se convertirá en un "enano rojo", y será más frío y solamente esperará a que se consuma toda su gas y muera. Para ese entonces, tal vez los planetas también se hayan evaporado, convertido en polvo, o se habrá convertido en planetas errantes o simplemente en un cúmulo de piedras y gases.
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