Teóricamente podemos administrar una máquina virtual de Linux en Windows, lo cual no es muy recomendable, pues el sistema operativo Windows es bastante inestable y lleno de virus y defectos.
Para instalar una máquina virtual en Linux, solamente necesitas un programa gratuito conocido como "VirtualBox”, que puedes instalar directamente del centro de instalación de Linux o bien descargarlo para tu versión de Linux particular. Yo utilizo la versión de Linux conocida como “Ubuntu”, que es la más popular.
Una vez que instales VirtualBox sólo tienes que ir al menú de Inicio y seleccionar "nueva máquina virtual", y seguir el asistente. En este caso, yo utilizo Windows XP virtualizado.
Aqui vemos el asistente de VirtualBox para crear máquinas virtuales.
Para instalar una máquina virtual, necesitas crear primero un disco duro virtual. Un disco duro virtual es un archivo gigante que sirve como disco duro para la máquina virtual. Los hay dinámicos y fijos. En los dinámicos tu seleccionas un límite máximo de tamaño, y el archivo crece hasta obtener el máximo tamaño que elijas. En un disco duro virtual fijo, el tamaño de archivo es fijo y no cambia de tamaño. Recomiendo que uses un disco virtual dinámico.
Una vez que logras crear la máquina virtual, puedes instalar cuantos programas de desees y que alcance el disco duro virtual en capacidad. Lo mejor de todo, es que puedes guardar este disco virtual como una copia en otro disco duro portátil, para que sirva de respaldo en caso de que tengas que formatear una máquina o bien desees instalar esta máquina virtual en otra computadora. Así te ahorras mucho tiempo y molestias.
Aqui vemos una máquina virtual de Windows XP corriendo sobre Linux
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