domingo, 17 de marzo de 2013

¿Crees que Enrique Peña Nieto será buen presidente?

Hace algunos meses puse una encuesta de carácter político preguntado a mis lectores (mexicanos) si creen que Enrique Peña Nieto será un buen presidente.

También supuse que la mayoría de la gente pensaría que Peña Nieto sería un mal presidente. ¿Porqué? Porque el mexicano siempre tiene la costumbre de calificar mal a sus políticos, y con justa razón, porque históricamente siempre ha tenido malos presidentes y malos políticos. Solamente uno que otro se ha saltado la regla (Benito Juárez, Lázaro Cárdenas)

Pero yo le dí el beneficio de la duda a EPN y todavía sigo pensando que será un buen presidente (espero no me defraude como los anteriores).

Pues aquí está el resultado de la encuesta:

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Mmh .. No es una encuesta representativa. Solo votaron 20 personas, la encuesta con más bajo rating que he tenido. La mayoría de mis encuestas tenían más de 500 votantes. ¿A que se debe? Bueno, tal vez porque cambié el estilo de mi blog a vista dinámica y la encuesta quedó muy oculta dentro de los menús, o sinceramente porque este blog no es político (es más bien un blog personal y de entretenimiento).

Sea como sea, la tendencia es la esperada: la gente cree que no será un buen presidente. Tendrá un gran reto por delante el actual presidente de los mexicanos si quiere cambiar esta percepción.

Los 100 días del presidente

El presidente EPN ha hecho algunos cambios importantes a la legislación mexicana, a saber:

  • Un reforma laboral.
  • Un bosquejo de reforma en telecomunicaciones.
  • Una reforma educativa.
  • Un bosquejo de reforma energética.

En la reforma laboral, básicamente se sacrificaron algunos derechos tradicionales de los trabajadores (indemnización al trabajador despedido, reducción de prestaciones, eliminación de la jornada laboral de 8 horas mínima para el trabajador de planta, mínima rotación de personal), a cambio de otros beneficios (facilidades para la contratación, trabajo por horas) Realmente, en todas las reformas laborales, el trabajador es el que sale perdiendo, y en esta reforma no es la excepción. A cambio de tener trabajo (aunque inestable pero con muchas posibilidades de encontrar otro), el asalariado mexicano ganará menos en términos netos y tendrá menos seguridad social. De cualquier modo, antes de la reforma, los empleadores hacían lo que querían y pagaban como querían a sus trabajadores, muy pocos obedecían la ley federal del trabajo de ese entonces. Simplemente hicieron legal lo que se acostumbraba hacer de manera ilegal.

En la reforma educativa, se rompió el esquema del maestro flojo que no sabe nada pero que cobra mucho y hace muchas huelgas. Eso sí lo celebro, porque los maestros (generalmente de primaria) solo podían ingresar al trabajo escolar por recomendación del sindicato, y generalmente estas personas eran flojas, comodinas, y nunca fueron buenos maestros. Ahora los maestros tendrán que demostrar que tienen capacidad para serlo y serán les aplicaran descuentos sí no trabajan (muchos eran bastante faltistas pero sí cobraban los días de faltas injustificadas), y también serán despedidos en caso de ausencia total del trabajo.

En la reforma en telecomunicaciones, se van a disminuir los requisitos para la competencia entre compañías de telecomunicaciones. Creo que eso está bien, favorecerá la competencia y disminuirá los precios, porque actualmente, pagamos las tarifas en telecomunicaciones más caras del mundo, y no son las mejores (no en balde Carlos Slim es el hombre más rico del mundo). Televisa, TV Azteca, y las empresas de Slim ya no serán tan ricas como antes. Eso es bueno, porque distribuye mejor la riqueza.

En fin, veamos lo que nos depara el presente sexenio. Espero que solo nos deparen puras cosas buenas, y que México (que se dice hoy está de moda) pronto se convierta en una potencia mundial, como prevén algunos.

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